Siempre queda una última esquina que descubrir, pero una vez ha desaparecido la emoción de lo nuevo... Yo soy bastante feliz en mi santuario.
No tengo tiempo para la DisneyLandia Babilónica.
De alguna forma me pierdo con mis seres queridos en Casa, soy feliz con lo sencillo.
Una vez estás o has encontrado el espacio de tus sueños, no hay razón para abandonarlo.
Este es el mio… el Jardín de mi casa en Marrakech.
Me despierto con trinos de pájaros y me duermo con competiciones de orquestas de ranas contra grillos.Mi espacio está lleno de abundante verdor que jamás podría aburrir, levanta el animo y hace te ser humilde. Trae paz.
El jardín ha florecido con cactus de todas las formas y figuras posibles y que hacen de su espacio un lugar único .
Al atardecer cuando sus espinas están blandas recogemos los higos chubos, su fruto de color amarillo o rosa, siempre refrescantes y sabrosos.
No tengo tiempo para la DisneyLandia Babilónica.
De alguna forma me pierdo con mis seres queridos en Casa, soy feliz con lo sencillo.
Una vez estás o has encontrado el espacio de tus sueños, no hay razón para abandonarlo.
Este es el mio… el Jardín de mi casa en Marrakech.
Me despierto con trinos de pájaros y me duermo con competiciones de orquestas de ranas contra grillos.Mi espacio está lleno de abundante verdor que jamás podría aburrir, levanta el animo y hace te ser humilde. Trae paz.
El jardín ha florecido con cactus de todas las formas y figuras posibles y que hacen de su espacio un lugar único .
Al atardecer cuando sus espinas están blandas recogemos los higos chubos, su fruto de color amarillo o rosa, siempre refrescantes y sabrosos.
El huerto pone comida libre de cócteles químicos en la mesa.
Lechuga, alcachofas, berenjenas, calabacines, todo tipo de calabazas, coles, pimientos, tomates , las variedades y posibilidades cambian de temporada en temporada.
Mi madre “añade su mostaza” como dicen los alemanes, ya que experimenta continuamente con semillas que descubre en sus viajes.
El huerto de hierbas da albahaca, romero, lavanda, menta, absenta, tomillo y hierbaluisa. Y los grandes arboles nos ofrecen: granadas, naranjas, limones, higos, albaricoques y almendras de cáscara aterciopelada y representan el reino de las frutas.
Lechuga, alcachofas, berenjenas, calabacines, todo tipo de calabazas, coles, pimientos, tomates , las variedades y posibilidades cambian de temporada en temporada.
Mi madre “añade su mostaza” como dicen los alemanes, ya que experimenta continuamente con semillas que descubre en sus viajes.
El huerto de hierbas da albahaca, romero, lavanda, menta, absenta, tomillo y hierbaluisa. Y los grandes arboles nos ofrecen: granadas, naranjas, limones, higos, albaricoques y almendras de cáscara aterciopelada y representan el reino de las frutas.
En cuanto a los olivos de 200 años, se han impuesto como el manto de nieve que cubre la superficie del Atlas.
Sería incapaz de enumerar con exactitud cada variedad de plantas o flores que se pueda encontrar (tal vez debería).
Una vez bromeamos diciendo que deberíamos etiquetarlas todas al igual que hacen los jardines públicos para aparentar ser Sabelotodos frente a los amigos de la familia que son entendidos en la material.
Algún día inchallah…
Las rosas son algo aparte (el orgullo de mi padre).
Él encandila a nuestras invitadas en el desayuno con rosas recién recogidas del jardín. Su aroma nunca decepciona. Los tonos de color son ilimitados: rojos, rosas, morados, naranjas, amarillos y blancos.
Nuestras habitaciones siempre están llenas de rosas, con ramos en constante evolución decorativa mantenida por nuestra ama de casa que adora de verdad añadir su toque de menta o lavanda o cualquiera que sea el secreto que el jardín decida dar en flor.
Es en esté, mi rincón y mi jardín es donde también celebré mi amor.
Sería incapaz de enumerar con exactitud cada variedad de plantas o flores que se pueda encontrar (tal vez debería).
Una vez bromeamos diciendo que deberíamos etiquetarlas todas al igual que hacen los jardines públicos para aparentar ser Sabelotodos frente a los amigos de la familia que son entendidos en la material.
Algún día inchallah…
Las rosas son algo aparte (el orgullo de mi padre).
Él encandila a nuestras invitadas en el desayuno con rosas recién recogidas del jardín. Su aroma nunca decepciona. Los tonos de color son ilimitados: rojos, rosas, morados, naranjas, amarillos y blancos.
Nuestras habitaciones siempre están llenas de rosas, con ramos en constante evolución decorativa mantenida por nuestra ama de casa que adora de verdad añadir su toque de menta o lavanda o cualquiera que sea el secreto que el jardín decida dar en flor.
Es en esté, mi rincón y mi jardín es donde también celebré mi amor.
Me llamo Bahia y hay veces en las que vivo en un Marrakech atemporal.
Bahia es una mujer guapa, inteligente, trabajadora e increible y tengo la suerte de ser su amiga. Mil gracias querida por compartir Tú maravilloso rincón con nosotros.
You are amazing, I love you.
You are amazing, I love you.
With Green Love from The Red City
There is always the latest corner to discover but once the excitement of the new has faded, I am quite content in my sanctuary.
I have no time for the Babylonian-Disneyland, the Perpetual-Colonial Playground it is in parts.
I somehow get lost with loved ones at home.
Once you’re in your dream space there is no reason to leave it.
I wake up to real bird twitter and fall asleep to competing orchestras of frog vs. cricket.
My space is filled with abundant greenery that could never bore – it uplifts, it humbles. It brings peace.
The garden has blossomed with cacti of all shapes and forms that take their space over as they please – we pick the prickly pear at dawn when the thorns are soft – the flesh pink or yellow. The vegetable garden puts food on the table that is free from any chemical cocktail – lettuces, artichokes, aubergines, courgettes, all sorts of pumpkins, cabbages, peppers, tomatoes – the varieties and choices change season after season. My mother ‘adds her mustard’ as they say in German, as she continuously experiments with seeds she finds in her travels. The herb garden provides basil, rosemary, lavender mint, absinth, thyme, and lemongrass. Pomegranate, oranges, lemons, figs, apricots, and almonds with their velvety shell represent the fruit kingdom. As for the 200 year-old olive trees – they have imposed themselves as the foreground of the snow-capped Atlas. I wouldn’t be able to list exactly every single variety of flower or plant to be found – maybe I should – we once joked we should label them as do public gardens so as to be Know-it-alls when faced with a family friend who really knows his stuff. One day inchallah…The roses are something else – they are my father’s pride – he charms our lady-guests at breakfast with freshly picked roses from the garden – their scent never disappoints. The colour hues are unlimited- reds, pinks purples, oranges, yellows, and whites bleeding, blending. Our guestrooms are always rosed-up – the bouquets in constant decorative evolution by our housekeeper who really loves adding his twist of mint or lavender or whatever the secret garden might sprout.
It is where we celebrated our love.
My name is BZ and at times I live in a timeless Marrakech.
There is always the latest corner to discover but once the excitement of the new has faded, I am quite content in my sanctuary.
I have no time for the Babylonian-Disneyland, the Perpetual-Colonial Playground it is in parts.
I somehow get lost with loved ones at home.
Once you’re in your dream space there is no reason to leave it.
I wake up to real bird twitter and fall asleep to competing orchestras of frog vs. cricket.
My space is filled with abundant greenery that could never bore – it uplifts, it humbles. It brings peace.
The garden has blossomed with cacti of all shapes and forms that take their space over as they please – we pick the prickly pear at dawn when the thorns are soft – the flesh pink or yellow. The vegetable garden puts food on the table that is free from any chemical cocktail – lettuces, artichokes, aubergines, courgettes, all sorts of pumpkins, cabbages, peppers, tomatoes – the varieties and choices change season after season. My mother ‘adds her mustard’ as they say in German, as she continuously experiments with seeds she finds in her travels. The herb garden provides basil, rosemary, lavender mint, absinth, thyme, and lemongrass. Pomegranate, oranges, lemons, figs, apricots, and almonds with their velvety shell represent the fruit kingdom. As for the 200 year-old olive trees – they have imposed themselves as the foreground of the snow-capped Atlas. I wouldn’t be able to list exactly every single variety of flower or plant to be found – maybe I should – we once joked we should label them as do public gardens so as to be Know-it-alls when faced with a family friend who really knows his stuff. One day inchallah…The roses are something else – they are my father’s pride – he charms our lady-guests at breakfast with freshly picked roses from the garden – their scent never disappoints. The colour hues are unlimited- reds, pinks purples, oranges, yellows, and whites bleeding, blending. Our guestrooms are always rosed-up – the bouquets in constant decorative evolution by our housekeeper who really loves adding his twist of mint or lavender or whatever the secret garden might sprout.
It is where we celebrated our love.
My name is BZ and at times I live in a timeless Marrakech.
Bahia, te quiero para siempre! Beautiful post x
ResponderEliminarEs un post genial como ella.
ResponderEliminar